Mi relación con el dinero.
La noción de éxito social y financiero es muy aleatoria y subjetiva.
El éxito social es una base esencial para el equilibrio psicoafectivo.
Darle importancia al dinero no te transforma en un ser materialista y superficial, aunque ésta sea una creencia muy extendida en la sociedad actual.
La dificultad para hacer dinero cierra las puertas a la abundancia, a la fluidez. No hablo de acumular riquezas, sino de la holgura económica y el desahogo. De la energía que da el dinero cuando circula entre las personas y les permite alcanzar sus objetivos, materiales, existenciales y hasta espirituales, tanto individuales como colectivos.
Estoy totalmente de acuerdo con la especialista en psicogenealogía Marie Noëlle Maston-Lerat que dice que a menudo se evidencia que las dificultades con el dinero están estrechamente relacionadas a conflictos. A carencias afectivas por un lado, y a escenarios repetitivos por otro. Éstos últimos tienen su origen en fidelidades familiares inconscientes transgeneracionales, como por ejemplo deudas, ruinas, dilapidaciones de herencia.
Si analizamos nuestra vida financiera, muchas de las disfunciones de una persona frente al dinero tienen sus raíces en las creencias y los miedos heredados de su educación y del contexto sociocultural en el que ha nacido.
Estas creencias sobre el dinero y el éxito se materializan en pensamientos como:
- El dinero no es importante.
- Me conformo con llegar a fin de mes y pagar mis deudas.
- Cuando ahorro algo de dinero, luego siempre tengo un gasto inesperado que se lleva esos ahorros.
- Gano dinero, pero me lo gasto todo. El dinero, así como entra en mi bolsillo, sale.
- Gano dinero, pero nunca me parece suficiente. Da igual cuánto gane, nunca llego a fin de mes.
- Permanentemente tengo deudas o siempre las estoy pagando.
- La gente solo me quiere por mi dinero.
- El dinero es una preocupación constante en mi vida. Si no fuera por el dinero viviría tranquilo-
- Me mato a trabajar y nunca tengo dinero.
- Discuto con mi pareja con frecuencia por temas económicos.
- Me doy caprichos todo el tiempo y luego me quejo de que no llego a fin de mes.
- Pienso que el dinero solo crea problemas dentro de la familia, sobre todo entre hermanos.
- Trabajo, gano dinero y luego lo gasto en los demás y no me permito caprichos. Eso sí, luego me quejo o lo echo en cara.
Si te ves reflejado en estas frases autosaboteadoras, es indudable que tu relación con el dinero no es idílica. Por ello te invito a trabajar esta área de tu vida para identificar y superar estos miedos o creencias fruto de la fidelidad transgeneracional. Una vez identificados estos mecanismos limitadores, es conveniente fijarse objetivos más o menos a largo plazo para poder empezar a liberar la energía del dinero. Para ello, lo primero que tienes que hacer es autorizarte a ti mismo a ser el protagonista de tu propia vida financiera.
Vero.