Motivos por los que las parejas entran en crisis
Los que tenemos pareja o la hemos tenido, sabemos que hay momentos en los que nuestra pareja está en peligro, estamos viviendo una crisis y no sabemos cómo sacar adelante esa situación. Pero tenemos claro que, si no hacemos algo al respecto, nuestra relación de pareja llegará a su fin.
11 motivos por el que se producen las crisis de pareja
Fallos de comunicación. El ser masculino y el ser femenino muchas veces no hablan el mismo idioma y no somos conscientes de ello. Para poder comunicarnos de manera efectiva hay que intentar buscar una forma de comunicación que realmente sea común para ambos. Hay que dejar de asumir cosas como que el otro ya me conoce y ya sabe cómo pienso y lo que pienso. “La lectura de pensamiento” no es recomendable si queremos comunicarnos de verdad. Y es fundamental hablar de lo que yo siento porque esa es nuestra verdad subjetiva. Nadie puede decirme que lo que estoy sintiendo no es cierto.
Problemas económicos. Los problemas en la economía del hogar es un tema que genera mucho estrés en la pareja y allí, muchas veces se ven las diferencias de creencias y funcionamiento que tenemos cada uno y que son fruto del ambiente del que procedemos. En un momento de tranquilidad, tenemos que sentarnos, llegar a unos acuerdos al respecto y buscar conjuntamente estrategias para afrontar estas dificultades.
Falta de sexo. Por muchas razones, algunas conscientes y otras inconscientes, dejamos de tener relaciones sexuales o las tenemos con muy poca frecuencia. Recuerden que cuanto menos hacemos algo, menos ganas tenemos de hacerlo. Yo recomiendo que busquemos el origen de esto y en el proceso, tener por lo menos una relación por semana consentida por ambos, por supuesto, para que esa parte de nuestra relación no desaparezca.
Malos hábitos a la hora de discutir. Es un error creer que las parejas no tenemos que discutir. Hay que hacerlo desde el respeto y el amor y siguiendo unas pautas para que esa discusión no se transforme en una guerra campal. Aquí tienes un vídeo sobre cómo discutir en pareja.
No respetar los momentos sagrados. Todos los que estamos en pareja, en familia, tenemos que tener momentos para la pareja, para la familia, para los hijos, para los amigos, para el ocio, para el trabajo y para nosotros mismos. Si hacemos esto, estamos respetando nuestros tiempos sagrados. Hay que buscar la forma de que en nuestra agenda semanal haya sitio para estos momentos.
Falta de diversión. Pareciera que una vez estamos en pareja, la diversión ya no es importante y este es un gran fallo. Tenemos que reírnos, tener momentos de alegría, disfrute y complicidad con nuestra pareja. Si no nos divertimos juntos, puede suceder que busquemos la diversión fuera de la pareja y no parece que esto sea la solución ideal. ¿Verdad?
Exceso de rutina. Claro que la rutina es necesaria y nos permite movernos de manera más o menos cómoda en nuestro día a día, sobre todo si tenemos hijos. Pero demasiada rutina mata la espontaneidad, que es la sal o la pimienta que le ponemos a nuestra relación.
Injerencias familiares. Con esto me refiero al hecho de que muchas veces la familia original o nuclear de la que provenimos (padres, hermanos, abuelos), interfiere en nuestra vida cotidiana, sintiendo uno de nosotros que hay “mucha gente durmiendo en la misma cama” o tomando decisiones que solo nos competen a los que formamos parte de esta relación de dos. Tenemos que hablar del tema con tranquilidad y respeto y llegar a acuerdos al respecto.
Insatisfacción personal. A veces sentimos que la vida que vivimos no es la esperábamos o deseábamos. Seamos sinceros con nosotros mismos, veamos qué son las cosas que nos incomodan o frustran y pongámonos manos a la obra para buscar soluciones ecológicas (me refiero a soluciones que no buscan hacer daño a los que nos rodean). En la medida que nos sintamos mejor con nosotros mismos, mejor será nuestra vida de pareja y familiar.
Focalizar mucho en los hijos. Los hijos son parte clave de la unidad familiar, por ellos hacemos cosas que nunca pensamos que haríamos o aceptaríamos. Pero todo dentro de unos límites. Cuando nos excedemos como padres, centrando toda nuestra atención en ellos y dejando de ver a nuestra pareja, la pareja se resentirá. Recordemos que somos una unidad familiar y que todos somos valiosos y merecemos ser tenidos en cuenta.
Priorizar el trabajo. A veces por necesidad, otras por no saber hacerlo de otra forma, otras porque eso es lo que me han enseñado o por lo que sea, nuestro trabajo ocupa un lugar demasiado central en nuestra vida. Está claro que el trabajo es importante para el mantenimiento de la familia, pero, ¿qué pasaría si por trabajar y trabajar me quedara sin familia o sin pareja? Que el trabajo perdería el valor que le estábamos dando hasta ese momento.
Una vez dicho todo esto, te pido que reflexiones, llegues a conclusiones y si ves que cuando hablo de estos temas, te sientes identificada, llámame, nos vemos y juntas le buscamos una solución.
Buena vida.
Vero.