Consejos de una terapeuta
La falta de alegría es uno de los temas más recurrentes en terapia. Cada persona que viene a verme es un mundo único, completo y complejo; con su propio conjunto de conflictos individuales, familiares o de pareja que hacen que los “consejos” sean personales.
Y siempre tengo presente que, lo que es bueno o adecuado para una persona, puede no serlo para otra.
Una vez dicho esto, puedo añadir que hay una serie de “consejos” que se pueden aplicar a todos los que me vienen a ver. Mejor dicho, recomendaciones que todo el mundo puede tener en cuenta en su vida diaria.
No tienes que estar siempre bien
No luches contra las mal llamadas emociones negativas, sentir enfado o tristeza es normal y apropiado en determinadas situaciones. Aceptar estas emociones las hace menos poderosas y te permite trabajar en ellas.
Confía en ti misma
Confía en tus capacidades, en tus intuiciones o en lo que te dicen tus “tripas”, ahí está tu “verdad”. Alinéate contigo misma y luego toma la decisión, porque si esta ha sido tomada de manera calmada, seguramente será la decisión correcta para ti.
Acepta que a veces la vas a "liar"
Eres un ser humano que quiere hacer las cosas lo mejor posible, dentro de tus circunstancias y el grado de consciencia que tienes en ese momento. Y por eso a veces te equivocas o, como me dicen en consulta, “la cagas”. No tengas miedo de cometer errores. Los errores son grandes maestros.
No seas dura juzgando a los demás
No vale la pena juzgar y condenar a los que nos rodean. No te beneficia en lo más mínimo y solo te llena de amargura y enfado.
Pregúntate por qué y para qué
Pregúntate cosas, reflexiona, no reacciones de manera impulsiva. La pregunta del para qué es clave para poder entender nuestro comportamiento.
Preocuparte y ocuparte de ti misma no es egoísmo
Céntrate en ti misma, no priorices a los demás por delante de ti. No eres mala persona por priorizarte ni te sientas culpable por no estar pendiente de los demás todo el tiempo (algo que las madres suelen olvidar).
Siempre pongo el ejemplo de cuando vamos en el avión. Allí nos dicen desde el primer momento que, si algo pasa, lo primero que tenemos que hacer es ponernos nosotros las mascarillas de oxígeno para luego poder ayudar a los demás, sobre todo a nuestros hijos.
Si estás bien tú, podrás ayudar o hacer el bien en los demás.
Sé fiel a ti misma
Que lo que dices y haces responda a tus propios deseos, gustos y necesidades. Tú eres tú y en tu vida eres la más importante. Siempre (otra cosa que le cuesta reconocer y aceptar a las madres).
Finge hasta que suceda
Lo que quiero decir es que, cuanto más te digas a ti misma algo positivo, que puede que en ese momento no sea “cierto”, mejor. Porque llegará el momento en que se hará realidad. Es decir, que tu realidad es la que crea tu mente, porque lo proyectas a través de actitudes y acciones.
Sé amable contigo misma y con los demás
Eso te beneficiará enormemente, te hará sentir a gusto contigo misma y hará que los demás devuelvan esa amabilidad que reciben de ti.
Como ves, son consejos sencillos, aunque muy poderosos desde mi punto de vista. Esta vida es tu propia obra de teatro y en ella tú eres la protagonista. Así, al final el día, podrás sentir que lo has hecho lo mejor posible y que te sientes en paz, tanto tú como los que están a tu alrededor.
Te espero en mi consulta para acompañarte en este proceso de vida.
Buen día. Buena vida.
Vero
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