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Intentar ser feliz no funciona

Intentar hacer algo es una acción complicada, pero intentar ser feliz es... Demasiado abstracto. Si tuvieras que desglosarlo en tareas ¿cuáles añadirías?


Y es que, una de las cosas que nos proponemos con más frecuencia, es ser felices o decimos que deseamos felicidad para nuestros hijos. ¿Sabes cuál es el problema de esto? Que la felicidad es un objetivo muy amplio e inespecífico y por tanto no es un buen objetivo.





Ser feliz como objetivo 24/7


Los seres humanos no vamos caminando en un perpetuo estado de felicidad, ya que la vida nos presenta dificultades o retos. Además, muchas de las cosas que creemos que nos darán felicidad no son ciertas.


Por eso, intentar ser feliz no funciona, pero te explico porqué no.


La felicidad no es sostenible


La felicidad no es una meta sostenible porque es una emoción que fluctúa y porque su búsqueda de manera muy directa nos lleva al fracaso. Hay estudios que dicen que hay gente que sobrevalora la felicidad, creyendo que los momentos de dicha son los que hacen que la vida tenga valor. Pero esto hace que tiendan a ser menos felices con el tiempo.


Por tanto, todos aquellos demasiados preocupados u ocupados en ser felices, pasan un tiempo excesivo monitorizando sus emociones y preguntándose: ¿soy feliz? ¿Realmente soy feliz? Y puede que sientan que fracasan cuando las cosas que pensaban que aportarían cierto grado de felicidad se quedan cortas.


No tiene sentido ser feliz todo el tiempo


No puede ser nunca un objetivo el ser feliz en cada momento del día o la noche. Por ejemplo, no sería apropiado sentirse feliz cuando hemos perdido a un ser amado o haciendo frente a situaciones difíciles, traumáticas o retadoras como lo del covid que vivimos actualmente.


Tenemos que buscar nuestro bienestar más que la felicidad. Y como dije antes, no es apropiado ser feliz enfrentando un trauma o un gran dolor. Pero sí que es posible mantener altos niveles de bienestar cuando estamos tristes.


El dolor es parte de la vida. Además, el bienestar SÍ que es un objetivo sostenible y razonable a largo plazo. El bienestar es una habilidad. Es algo que se puede cultivar.


El dinero ayuda, pero hasta cierto punto


La pobreza tiene un alto coste mental y emocional y puede transformarse en un círculo vicioso. El estrés financiero puede machacar nuestro ánimo, perjudicar nuestra salud física y crear traumas.


Hay estudios que hablan de que la sensación de bienestar aumenta o disminuye dependiendo de la cantidad de dinero que ganamos. Y, es curioso, que a partir de sumas considerables la felicidad empieza a decaer.


Entonces no es cierto que a más dinero más felicidad. ¡Qué interesante! Esto es debido a que la gente se acostumbra a lo que el dinero les permite comprar. Además, la cantidad de dinero que la gente “necesita” aumenta progresivamente en cuanto la persona gana más dinero y, por lo tanto, todo esto es muy relativo.


Entonces ¿quieres aumentar tu sensación de bienestar? Pues la clave está en la consciencia plena. El ser consciente es uno de los pilares de la sensación de bienestar. La habilidad de estar presente y la capacidad de saber lo que nuestra mente está haciendo son fundamentales.


Ciertos estudios demuestran una correlación clara entre bienestar y plena consciencia. Y no es necesario sentarse a meditar de manera formal. Lo que nos viene bien es diariamente, cerrar los ojos y tomar diez respiraciones profundas o centrar nuestra atención en el cuerpo cuando hacemos tareas rutinarias.


Esto podemos hacerlo cuando estamos practicando otras actividades de nuestra rutina diaria. Puedes hacerlo cuando estás poniendo la lavadora, limpiando la casa, caminando, en el metro…


Mi nuevo propósito vital


Vivir y trabajar con la sensación de tener un propósito o un significado tiene muchos beneficios físicos y emocionales. Por eso, la búsqueda de un propósito o un significado es lo que nos hace especiales a los seres humanos y nos desmarca de otros mamíferos haciéndonos únicos.


Y aquí es fundamental conocer nuestros valores o nuestro Norte en la vida. Es interesante ver cómo hacemos para unir lo mundano con dichos valores fundamentales.


Por ejemplo, si para ti la conexión con tu familia es muy importante y es un motor en tu vida, el hacer cosas en casa como limpiar, mantener el orden, ir a trabajar y ganar dinero para contribuir a la estabilidad familiar, están al servicio de ese valor.


Incluso las tareas más mundanas pueden estar íntimamente relacionadas con la búsqueda de nuestro propósito en la vida. Y cómo piensas y lo que piensas de ese esfuerzo que haces es importante.


Focalizarse en prácticas positivas como la gratitud, la amabilidad, el saborear, el ejercicio físico... Pero sin centrarnos demasiado en el hecho de que lo hacemos para ser felices, esta es clave.


Respira de manera consciente, ubícate en el aquí y ahora, fluye y sentirás el bienestar.


Buen día. Buena vida.


Vero




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