Mis límites.
Los límites son necesarios y saber ponerlos es algo que requiere mucha consciencia de nuestra parte.
Los límites son fronteras reales o imaginarias. Los límites separan un lugar de otro, una cosa de otra, una persona de otra. A través de mis límites yo establezco mi identidad, mis necesidades, mis responsabilidades, mis asuntos propios.
La clave está en establecer límites sanos donde queden claros: responsabilidades, derechos, deseos, privilegios, obligaciones, sentimientos y en ese proceso de establecimiento de límites, no hacer daño y respetar los límites de los otros que me rodean.
Tengo que tener claro que la primera responsabilidad siempre es conmigo misma, y esto no es egoísmo, es respeto y valoración de mí misma.
Tengo que establecer límites internos y externos. Para esto debo contactar, si o si, conmigo misma, mis emociones, sentimientos, intuiciones, ver mi propia luz.
En este afán de ayudar y ocuparme de los demás, de la familia, de los hijos, de los compañeros de trabajo, de las amistades, me voy desdibujando, abandonando a mí misma y voy perdiendo mis límites. Y es ahí cuando empiezo a sentir que los otros no me respetan, me quieren controlar, me avasallan.
O se puede dar el caso de que sea yo quien no está teniendo en cuenta los límites de los demás. Esto suele suceder con la pareja y los hijos, y lo hacemos con todo el amor del mundo y por su bien, por supuesto, pero esto no es excusa para hacerlo.
Se pueden dar dos situaciones, que mis límites sean muy rígidos o que son poco firmes o inexistentes.
La rigidez puede hacer que no establezca relaciones íntimas satisfactorias con otras personas. Puede que, en un pasado personal o familiar, esta rigidez en los límites haya servido para protegerse y conseguir seguridad, pero a día de hoy es una piedra en mi zapato y solo me mantiene alejada de la gente y esto me produce dolor.
Por otro lado, puede que casi no tenga límites o que sean muy laxos. En este caso, será de gran ayuda confiar en mí misma y en mis sentimientos, que harán de guía cuando sienta que mi vida está a merced y capricho de los demás. Miro en mi interior y expreso mis límites, de manera verbal o con acciones, de manera respetuosa y asertiva. Sin miedo al rechazo, a ser juzgada, a ser malentendida. Rompiendo con todas esas dependencias emocionales que me limitan y hacen que mi vida sea una permanente postergación.
Aprender a establecer límites saludables, me beneficiará en todas las áreas de mi vida. Me permitirá cuidarme, quererme, mimarme y conocer lo que es la paz.
Te invito a que explores tus límites y si ves que no lo tienes claro, acude a mí que te ayudaré a reconocerte, respetarte y a tenerte en cuenta.
Te deseo amor y luz.
Vero.
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